Ehécatl

Ehécatl

Controlar la acción del viento, el inicio y fin de la lluvia; son algunos de los poderes que se le atribuyen a Ehécatl, un dios representativo del panteón mesoamericano, que contribuía con la fertilidad de la tierra.

Conocido también como el dios del aire y los vientos, fue una figura importante para los mexicas, ya que podía evitar los periodos de sequía. Considerado como uno de los creadores del mundo.

Las huellas de la historia nos dejan ver cuál fue su participación, de qué manera se le rendía tributo y las leyendas que lo rodean.

¿Quién es el dios Ehécatl?

 Ehécatl

Ehécatl es llamado también dios del viento. De hecho, su traducción en náhuatl significa viento. También se le ha asociado con diferentes nombres, de acuerdo a algunas fechas del calendario.

Responsable de dar anuncio cuando la lluvia inicia y termina. Pertenecía al grupo de cuatro deidades portadoras del cielo, en la dirección oeste. 

Los mercaderes decían que Ehécatl era su patrón. Además, se le asociaba con grandes velocidades y con una especie animal muy particular: el mono araña.

Leyenda de Ehécatl

A Ehécatl también se le denominaba como la serpiente emplumada o Quetzalcōātl. Según los relatos aztecas, cuando se creó el quinto sol, este se encontraba fijo en el cielo, al igual que la luna. Lo que hizo este dios al respecto fue soplar y hacer que se movieran.

La historia también habla del enamoramiento hacia una joven mortal: Mayáhuel. Este dios se enamoró con tal intensidad que le otorgó a la humanidad la habilidad de amar. Como símbolo de este sentimiento, y de la llegada del dios a la tierra, quedó la siembra de un hermoso árbol; el maguey.

Otra versión nos habla de cuando la deidad bajó al inframundo. Se encargó de robar los huesos de otros habitantes para luego producir humanos en este.

La acción de Ehécatl no hizo más que molestar al dios del inframundo, así que puso como condición otorgar la música de una caracola para darle su libertad. La astucia del dios del viento hizo que gusanos y abejas zumbaran para darle a Mictlantecuhtli lo que quería.

¿Cómo representaban a Ehécatl?

Con una máscara de color rojo y de forma robusta, así era representado Ehécatl. También tenía una boca alargada, como símbolo de sus vientos.

De color negro está pintado su cuerpo. En ocasiones, se pueden encontrar representaciones con conchas, en especial la joya del viento utilizada como símbolo del silbido al salir del inframundo.

En el Museo Nacional de Antropología de Ciudad de México, se encuentra una figura muy famosa del dios, proveniente de un templo en su honor, en el Valle de Toluca, Calixtlahuaca. Allí, está con una apariencia rígida, que mide más de un metro setenta de altura. En esta simula soplar los vientos a través de una máscara de pico.

Templos y tributos a Ehécatl

Muchos de los templos en honor a Ehécatl son en forma circular, con entradas que suelen simular la forma de las fauces de una gran serpiente. Además, los aztecas le otorgaron en su nombre varias fechas del calendario; entre ellas, el día dos.

Para las civilizaciones antiguas, era importante rendirle tributo a este dios, solo por el hecho de que tenía el poder de crear y mantener en movimiento los vientos en la tierra.

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